“Tengo miedo a crecer”. Me parecía irreal que un hombre aparentemente hecho y derecho me dijera palabras como esas, las podía aceptar viniendo de mi hijo, pero esto me llegaba a parecer hasta cierto punto increíble. Lo consideraba el gran amor de mi vida y lo amaba con todas mis fuerzas sin embargo mi corazón ya no podía soportar la misma angustia por mi hijo multiplicada por dos, necesitaba una persona igual de divertida, un hombre fascinante, alguien que me acompañara por la vida a fiestas con los amigos, a reuniones familiares, alguien a quien poderle decir “mi novio”, alguien que quisiera dormir y despertar conmigo, yo no le ofreci la cárcel, no le ofreci el paraíso, solo le ofreci mi compañía y mi corazón sin ningún tipo de miedos ni traumas simplemente ofreci una relación real, no una princesa de cuentos de hadas sino una mujer en toda la extensión de la palabra.
Alguna vez lei sobre algunos complejos que los seres humanos suelen padecer y me encontré con el de Peter Pan, un cuerpo de hombre y personalidad de niño, llegue a tipificar este tipo de complejos pero me di cuenta que eso no respeta estrato social, edad, tipo de hombre, educación o incluso bolsillo es un mal común en gran parte del genero masculino.
Después de una exhausta lectura sobre los tipos de hombres con los que no me quería encontrar jamás, pues me encontré con uno, un gran hombre, un gran corazón, dulce, aparentemente real pero finalmente apareció el complejo y destruyo todo lo poco que pude haber logrado en un largo tiempo de conocerlo. Tenia mucha similitud con mi hijo y ahora lo entendía, pero incluso el pensaba que “el tipo era raro” en palabras de mi hijo.
Al final, después de algunos intentos fallidos de los que hasta perdi la cuenta, llegue a una conclusión, Peter Pan perdió a Wendy por no querer crecer y lo mismo me paso a mi, mientras me ocupaba de los dilemas un Peter Pan me encontré con un Principe verde, no azul, porque los azules no existen, los verdes son los que nos ajustan perfectamente a las mujeres como yo, un príncipe que me decía que me veía hermosa la noche anterior simplemente porque le parecio, un príncipe que me invitaba a comer y no era yo la que tenia que pagar, un príncipe que me conquistaba cada dia con detalles como una rosa roja cuando me iba a ver a mi trabajo, un príncipe que jamás me pidió ni un beso hasta que yo quise dárselo. Y entonces mi Peter Pan habia perdido a su Wendy
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