miércoles, 1 de diciembre de 2010

Entre un helado y la sordera.

No hay experiencia mas gratificante en esta vida que culminar algo que empezaste con o sin éxito al final solo la idea de ver el trabajo realizado, de ver el resultado de tanto esfuerzo vuelve imposible de dejar pasar por alto. La celebración siempre debe ser en grande. Ayer, llegue al final de la primera historia mas importante de mi vida, hacia frio y la concentración y la inspiración llego de pronto, incluso los protagonistas de mi historia empezaron a llamarme al teléfono y sonaba a cada momento y eso hacia que se volviera mas fácil terminar lo que habia empezado. Logre hacerlo temprano asi que después de llenarme de esa felicidad por una labor cumplida, sobre todo de un gran sueño cumplido, decidi que debía premiarme en grande, y me diriji a la tienda cerca de mi casa, esa que hay en todos los barrios chéveres, esa donde la señora de la tienda te recuerda a algúna tia buena gente que acolita en todo, esa tienda a donde te da gusto ir a comprar cuando tus papas te lo ordenan. Iba camino de regreso a casa disfrutando de mi premio cuando el semáforo cambio a rojo y esperaba en la acera cuando vi que una señora se me acercaba y vi que movia los labios, yo habia olvidado que tenia puestos mis audífonos, iba felizmente sorda del exterior y concentrada en el exitoso final de mi historia, me quite los audífonos para saber que era lo que decía la señora y me pregunto una dirección, le indique el camino y se quedo esperando a mi lado para poder cruzar, de pronto me dijo “porque vas sorda por la vida?” a lo que yo conteste con un gesto asombrado y pensantivo en lo que me decía, ella cruzo y yo después, creo que deje que se adelantara para no tener que dar una respuesta porque no sabia que iba a decir.
En la media cuadra que debía caminar para entrar a mi casa iba pensando en si en realidad iba sorda por la vida y las cosas que me pasaban me suciedian justamente por no saber escuchar y entonces entendí que iba sorda por la vida, porque cuando escuchaba lo que la vida me decía,  aprendi lo que era una borrachera, aprendi lo que era el egoísmo, lo que era la indiferencia frente al dolor ajeno, lo que era pasar por esta vida sin dejar huella, encontré en mi sordera el silencio para lograr escuchar las cosas valiosas que la vida tenia para decirme, acabe de comer mi helado y me sentí mas feliz que antes de comerme el helado. Y entonces la pregunta es ¿y tu que escuchas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No seremos papás!

El otro día conversaba con mi esposo en el auto, y le comentaba mi miedo de que nuestro hijo creciera siendo extremista, a lo largo de la h...